© Julio I. González Montañés | ||||
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Iconografía
Tutivillus como escriba
Partiendo de los diferentes roles que la literatura medieval le asigna a Tutivillus, los artistas idearon diferentes maneras de representar a nuestro demonio. En los casos más antiguos, y en otros posteriores, aparece escribiendo en un pergamino (Carrión, Millstatt, Bonn…), de modo que si no lo identifica una inscripción, cabe la duda de si se trata efectivamente de Tutivillus o simplemente de demonios gramáticos/letrados. La duda, sin embargo, desaparece cuando la cartela alude a los pecados (capitel de Laach), o cuando el escritor aparece en los coros o bajo los púlpitos, atento a recoger los errores y omisiones de los cantores y predicadores.
Estirando el pergamino
La identificación es también clara si aparece estirando el pergamino con los dientes, rasgo que remite inequívocamente al exemplum de Jaques de Vitry (Misericordia de Ely, grabado en el Der Ritter vom Turm II, Tapiz de Montpezat… etc.). No cabe duda, tampoco, de los casos en los que aparece escribiendo en un atril y ayudado por otros demonios que le comunican los pecados y chismorreos que han conseguido provocar en mujeres y hombres (frescos alemanes de Reichenau y Santa Ana de Steeg, y suecos de Linden y Bäle…).
Con cartela o libro
En muchos casos, no escribe sino que se limita a mostrar una cartela de pergamino o un libro en el que tiene los pecados anotados (sillería de coro de Altenberg), siendo esta variante especialmente frecuente en representaciones del juicio del alma en los que un demonio comparece mostrando los pecados del difunto (Liber vitae de New Minster, Relieve de San Pietro de Spoleto, Vidriera del Museo de Angers…). Portando un gran libro con los pecados humanos se le presentó Tutivillus a San Agustín según el relato de la Leyenda Dorada y la identificación de Pierre Marini, y así se representa en un óleo de Michael Pacher en la Pinacoteca de Munich (c. 1483), un panel de la Catedral de Carlisle (Inglaterra, 1485-90) y un fresco de Actopan (México, 2ª/2 siglo XVI). Llevando un hatillo de libros a la espalda lo encontramos también en la Virgen de la Misericordia de las Huelgas (c. 1485), hatillo de pecados que en algunos Juicios Finales bizantinos está compuesto no de libros, sino de rollos de pergamino (Voronet, Humor, Govora…)
Llevando un saco o cesto
Jaques de Vitry es el introductor en el exemplum del demonio escritor de un detalle de gran trascendencia posterior: el saco que llena mil veces al día con los pergaminos en los que anota las omisiones de los clérigos y los chismorreos del pueblo (…quasi sacco pleno super humeros eius imposito (…). Hec sunt syllabe in psalmodia monachis istis sincopate…). Aunque Vitry, como hemos visto, no menciona el nombre del demonio, Guillermo de Auvernia lo nombra cincuenta años más tarde y Juan de Gales fija el motivo en unos versos muy populares en los siglos posteriores: Fragmina verborum titivillus colligit horum Quibus die mille vicibus se sarcinat ille. [Titivillus recoge los fragmentos de palabras en las Horas, con los cuales llena su saco mil veces al día].
A partir de Vitry, el saco se menciona muchas veces en los sermonarios, tratados e inscripciones, y forma parte del atrezzo en el teatro. También aparece en el arte, aunque es un motivo poco frecuente. Mary Anderson se sorprendía de no haberlo encontrado, salvo como excepción (cita el caso de Charlton Mackrell, véase foto). Sin embargo, Anderson limitó su estudio prácticamente al ámbito inglés y no conoció otros posibles ejemplares como el fresco de la catedral de Roskilde (Dinamarca). Por otra parte, creo que hay que considerar como una transformación del saco, los esportillos y cestos llenos de pergaminos o libros que cargan a sus espaldas algunos Tutivillus (Misa de los Ángeles de Durero, estampa alemana de Tyntinillus, grabado del Libro de oraciones Walters…).
Incitando al chismorreo
La representación más frecuente de Tutivillus es la que lo presenta, solo o en compañía de otros diablos, incitando a los fieles –especialmente a las mujeres- al chismorreo y la maledicencia, y apuntando a continuación sus faltas. Es el tema de las mujeres cotillas que los autores de lengua inglesa denominan Warning against Idle Gossip, un motivo típico de las misericordias de las sillerías de coro (Gayton, Enville, Catedral de Ely, S. Lorenzo de Ludlow…) que aparece también en la pintura (Seething, Slapton, Little Melton…) y en otros medios (vidriera de Stanford-on-Avon, grabado de Durero). Es especialmente frecuente en el arte inglés, pero los ejemplos más completos se encuentran en Dinamarca (Rørby y Fanefjord ) y en Suecia (Linden y Bäle), o Alemania (fresco de Santa Ana de Steeg y grabados del círculo de Durero en Der Ritter vom Turm II). Es también abundante en las pinturas murales del noroeste de Francia (región de Maine et Loire: Saint-Sulpice-des-Landes, Asnières-sur-Vègre, Souligné Flacé, Parné-sur-Roc…), en las que la escena de las femmes bavardes aparece frecuentemente asociada con la Misa de San Martín.
Tocando el cuerno
Hemos visto que uno de los roles de Tutivillus en el teatro es el de heraldo infernal en los Juicios Finales, papel que asume en competencia con los ángeles trompeteros que menciona el evangelio de Mateo y, quizá, en relación con una posible etimología de su nombre, derivado según algunos autores del verbo sajón Tutil (tocar el cuerno). En el arte es muy frecuente su presencia en Juicios Finales, especialmente en Inglaterra (paneles de Dauntsey y Wenhaston, frescos de Stratford-upon-Avon y South Leigh…), pero también en Alemania (frescos de Buchenberg, Oerel y Marklohe), en Italia (capilla de San Bricio de Orvieto), España (Tabla de Tarazona y fresco de S. Xoan de Sixto) y otros países europeos. He catalogado algo más de 30 casos en mi Base de Datos iconográfica, pero existen muchos más y no veo nada claro que todo demonio tocando el cuerno sea Tutivillus, entre otras razones porque tal actividad del mismo solo se menciona en el teatro tardomedieval inglés y porque aparece en el arte antes que en el teatro.
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![]() Demonio escritor de Carrión (siglo XII)
![]() Fresco de la abadía de Reichenau (c. 1350)
Banco de Charlton Mackrell
![]() Fresco de Fanefjord
![]() Fresco de Orvieto (Signorelli)
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